jueves, 28 de enero de 2016

¿Eres un leviatán del asfalto?

¿Eres un leviatán del asfalto?
Vale, antes de que salgas...



Todos hemos visto estas películas en las que el protagonista se mete en un coche (aparcado) arranca el contacto y sale haciendo ruedas persiguiendo a los malos, y luego nosotros con nuestros huevazos vamos delante de unas chavalas a hacer lo mismo porque somos los mas chulos del barrio ¡bien campeón!
Acabas de descubrir una de las formas mas fáciles de acabar petando esa máquina del molar amarilla que conseguiste de segunda mano, por un precio desorbitado, y TDI, por supuesto, porque corre y no gasta.
No respetar los tiempos de calentamiento de un motor...

             (tu y tu colega tomatito saliendo del parking del Central masmolando, NOTA, no)

Veréis, una máquina, como todo en esta vida, requiere de un periodo de adaptación y una serie de condiciones previas antes de funcionar si quiera, no digamos dar su máximo rendimiento. Es por ello que se tienen que respetar ciertas premisas antes de salir a puto fuego a la caza de la pole del lugar.

                                             (esto ayuda, aunque no lo veamos)

Lo primero, (antes de que te montes al coche pichón, que te queman las llaves en una mano y la L verde en la otra) llevar las cosas al día. Esto es básico, generalmente aburrido, y nos cuesta pasta (mas cuanto menos mano tengamos con la mecánica).
Aquí entra todo el tema relacionado con los niveles correctos (aceites, refrigerantes, líquidos varios...).
Plazos debidos (correas de cuero, aceite de freír el pescado y ruedas mas duras que la cara de algún político...).
Y desgaste programado (todos conocemos algún “iluminado” que en verano va por ahí sin marcas en los neumáticos “porque claro, en la F1 llevan sliks, es mas seguro” tu mismo chaval...).

Llevar las cosas al día, que siempre sera mas barato que la otra opción, creedme, lo se, he navegado por el otro camino...

                                   (lo anterior ayudaba a que esto no... bueno tu mismo)

Lo segundo, respetar a la máquina. Todos, incluso nosotros, necesitamos un tiempo de adaptación, o calentamiento, antes de rendir al 100%, y tan importante como este, necesitamos otro periodo de adaptación, o de enfriamiento, hasta volver a la calma. Prueba a correr los cien metros recién levantado de la cama, y luego al terminar, túmbate a dormir en cuanto cruces la meta, a ver que te acaba pasando. (mejor no lo hagas que no quiero perder a un lector, que todavía tengo pocos).

Esto en las máquinas es mucho más importante si cabe. Por dos cosas principalmente, la lubricación, y la dilatación.
¿Lo qué? no preocuparse pimpollos, que ahora entramos en faena (no voy a hacer el símil de la Lubricación que todos esperáis).

                                                                 (o si, que coño)

Como todos aquí mas o menos sabemos, el motor consta de un montón de piezas de metal rozándose y golpeándose entre ellas, movidas por explosiones, ahí es nada. Esto somete a las piezas a unas condiciones de trabajo extremas, sufriendo un importante desgaste entre ellas, gracias al rozamiento, y a la dilatación por las temperaturas que alcanzan.
Para evitar esto, en la medida de lo posible, el motor se sirve del aceite para lubricar esas piezas, evitando que rocen entre si, y del refrigerante, para mantener una temperatura no solo adecuada, si no homogénea, en el motor, evitando también que estas piezas se dilaten de forma desigual.
Pero todo este tinglado no es instantáneo. Es decir, requiere un tiempo para alcanzar su temperatura óptima de trabajo, y para que el aceite alcance la viscosidad necesaria y todos los lugares a los que debe llegar.

Si esto no lo tenemos en cuenta y salimos cortando con el motor como un témpano de hielo,  obtendremos, rozamiento excesivo, dando lugar a desgastes prematuros, calentamiento desigual, dando lugar a deformaciones y tensión tanto en los componentes internos como en la propia estructura, en casos extremos, y por último, un facturón del carajo en el taller, de esos que te hacen plantearte la compra de otro coche, y todo gracias a tus salidas de película de los 80...

Debemos respetar nuestra montura, y tratarlo como se merece, que el nos lo devolverá. Recordemos que en muchos casos aquí el coche con el que jugamos suele ser el que nos trae y nos lleva al trabajo, porque no hay otro...

Sed buenos...
… y cuidar vuestras máquinas.

 Miguel Serrano.
@Kqubato on twitter


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